MEDITACIONES 

Espacio dedicado a puntos de reflexión a partir de los cuales se pueda edificar un pensamiento rehumanizante


Algo más sobre la poesía

Por Claudio Simiz


Anoche se celebraron los dos años del café literario "Poemas, relatos y algo más"; de los muchos existentes en la provincia de Córdoba, es uno de los más jóvenes, y acaso el único que es parte de la propuesta cultural de una biblioteca. Fueron dos horas de gran intensidad y variedad. 

A ver: cada espacio cultural, en base a su contexto e integrantes se va modelando de manera peculiar. En este caso, la pertenencia al espacio de una biblioteca popular es decisiva: si bien el espacio rota entre ésta y bares locales, la presencia del libro, la revista literaria, la alusión a encuentros y ámbitos culturales, es permanente. Otro aspecto (acaso, el más notable) es la variedad, y díría, la productiva convivencia y productividad de esa variedad. En este encuentro, presentación de un libro de poemas tradicionales, telúricos, luego la presencia de una joven y original cantautora y performer, que trajo a un amigo que es músico ambulante, y un cierre cancionístico con un magnífico intérprete que homenajeó a Ramón Ayala, gran artista desaparecido recientemente… 

Y todo en un entorno arrullado por los trabajos plásticos de niños de un jardín de infantes de un pueblo vecino… al final, el infaltable micrófono abierto sorteo de libros y plantas y brindis, para celebrar los dos años y empezar a despedir el 2023. Todos se quedaron hasta el final, desde los que transitan la alada década de los treinta hasta los octogenarios…

Eso sí… no estaban los docentes… ni siquiera los de los niños cuyos trabajos se exponían o aquellos que a lo largo del año trajeron a sus alumnos a alguna actividad en la biblioteca. Es un tema serio, diría, grave, que se constituye en una de las principales preocupaciones de los que transitamos la Educación Poética… Una deuda, una carencia que nos quita el sueño… Pero, del otro lado de la ribera, Su Majestad, la Poesía, poniendo a vibrar cada milímetro entre uno y otro ser, aún en aquellos que apenas se están asomando a sus magias. 

Final de esta nota sin nombres propios (salvo el del café); pienso que, en la construcción de una Educación Poética, la generación de espacios, prácticas y propuestas (y su sostenimiento) es fundamental, inagotable y (afortunadamente) con ese grado de imprevisibilidad que es la sal de la vida.


Poesía ese limpia (o rompe) vidrios... 

Por Claudio Simiz

Hace dos semanas, en una de las mesas temáticas de "Literatura en las Sierras II" (evento que reseñáramos someramente) centrada en el rol de las revistas literarias en Argentina, expuse, en mi comunicación, la idea de la centralidad de la poesía en la conformación de los grupos artísticos en las distintas épocas y regiones. En la mayoría de los casos, en el "interior" argentino (y, fundamentalmente, en las provincias más alejadas de los centros político-económicos más influyentes), estos grupos, entre las décadas del veinte y del ochenta, y, particularmente, a mediados de la pasada centuria, cumplieron la tarea de fundar el "campo intelectual" en su zona de influencia. Las publicaciones (época pre televisión y, sobre todo, pre-internet) fueron el vehículo de expresión de esos grupos (Tarja, Calíbar, Coirón, por sólo mencionar algunos), donde confraternizaban escritores, músicos, plásticos, teatristas… Ahora bien: prácticamente en todos los casos, han sido los poetas los convocantes y líderes de estas dinámicas artístico-culturales, derivadas en acciones educativas y hasta políticas en algunos casos. Algo hay para explorar allí…Mientras Ud., lector, lee estas líneas, en Concepción, Chile, resuenan los ecos del Festival Internacional de Poesía del Bío Bío, "capitaneado" por el gran poeta y educador Agustín Benelli. La poesía convoca, pero como parte de un proyecto que excede lo artístico: la Educación Poética, paradigma que venimos desarrollando como tarea central de "Alegranza" y que campea en organizaciones, propuestas y prácticas de todo nuestro continente, con proyecciones hacia el mundo. Hace unos días estuve coordinando un breve taller de haiku en una escuela, en el penúltimo año de la educación secundaria, escuela de un pueblo grande o ciudad chica, si se quiere. Más allá del proceso y los resultados, no puedo dejar de mencionar el hecho de que los primeros en animarse a leer sus producciones, fueron dos adolescentes "no convencionales": un pibe con síndrome de Asperger y otro que había llegado más tarde porque a la mañana trabaja como albañil… El ángel de la poesía (perdón por el desborde imaginativo) roza con sus alas a todos…Volviendo a "Literatura en las Sierras", las interacciones que se produjeron tienen una llamativa relación con esto que venimos comentando: producciones nunca mostradas, tareas conjuntas nacidas espontáneamente, proyectos impensados o tenidos como quimeras que "amenazan" con concretarse… Al paso de los años, uno va constatando que la poesía, entre otras "magias", nos ofrece la oportunidad de animarnos a explorar, interactuar y comunicar nuestro universo interior a través del formidable camino/instrumento que es la palabra. Y a lo mejor (pero eso, prudente y respetuosamente, se lo dejo a los filósofos orientales, presocráticos y a los místicos de toda época y laya) ese mundo subjetivo sea una manifestación del cosmos que nos acoge a todos. Y la poesía limpia (o directamente, pulveriza) ese vidrio separador. 




Apostillas sobre la Educación Poética

Por Claudio Simiz

Hace unos días tuvimos una videoconferencia, con eje en la E.P., donde participó Agustín Benelli, mentor y líder de "Una educación poética para Chile", como invitado especial. Su exposición se basó, en lo fundamental, en la idea de la construcción del Nuevo Poeta; en sus palabras "Te invitamos a construirte como el Nuevo Poeta, indicando con ello, el deseo de infundir en el corazón un espíritu nuevo, un fuego nuevo que sustente el alma y nos dé la fuerza para llevar a cabo nuestra misión, más allá de las líneas regulares del mundo de la poesía. Participar de un gran privilegio, queremos motivarnos a desempeñar un papel activo en defensa de la poesía y asumirnos sin complejos como guardianes de la misma y proteger resueltamente la llamada "enseñanza de la poesía" en el sistema educativo." 

Si uno aguza la mirada y el oído, van apareciendo esos nexos que la impaciencia obstinada de los días va dejando en sombras… Hace unas semanas, en nuestra sección "Testimonios" recogimos la experiencia de los "Abuelos Cuentacuentos" que en el noroeste cordobés acercan sus relatos a miles de niños en las escuelas y en su "biblioteca base"… en los últimos tiempos me llegan testimonios de varios poetas en "tercera edad" (yo mismo, hace cuatro días tuve un emocionante encuentro virtual con estudiantes secundarios de allende los Andes), que van a las escuelas con su verso y su memoria a alimentar, a alimentarse, en contacto con los chicos, en ese oasis acaso pequeño, pero inagotable de la poesía. Parece que el "Nuevo Poeta" puede portar bastón sin desmerecer su rol…

Ayer asistí a un recital de poetas jóvenes, fue muy emocionante, la propuesta osada, los titubeos, las ilusiones, sus pequeños hijos dando vueltas por la sala, los aplausos y vítores estimulantes… Entre ellos, una invitada especial "post sesenta", con su voz y presencia adocenada… varias generaciones conviviendo en la tibia penumbra que sólo la poesía sabe crear… 

Pienso que, remontándonos ahora al concepto de "Comunidad Poética", (el despliegue e interrelación de espacios y actividades (talleres, cafés, revistas, grupos, programas en diversos medios, certámenes, encuentros, páginas y canales web, etc.), que ha ido generando una estructura crecientemente sólida y amplia, que bien puede denominarse "comunidad", en tanto red que involucra a individuos, colectivos e instituciones identificados en torno a la poesía y su despliegue socio/artístico/cultural), la amalgama de las distintas generaciones con su diferenciada e irreemplazable carga existencial, es un desafío muy prometedor para el desarrollo de nuestra Educación Poética, si queremos escribirla con mayúsculas…


EDUCACIÓN POÉTICA ¿Otros senderos del diálogo? 

Por Claudio Simiz

Hace unos días propuse una dinámica en el taller literario que coordino: en parejas, los participantes se leerían las producciones de la quincena, las comentarían, las modificarían (llegado el caso) y las comunicarían al conjunto, siempre "leyendo lo que escribió el otro". El tema es la dimensión dialógica de la poesía, su insondable riqueza comunicativa. Lo conversamos con el grupo después de la experiencia. Veamos:  

- Uno lee y entra en diálogo con el autor, su universo, ese instante existencial en que nació el poema. Y a su vez, ese diálogo nos transporta, como lectores, al diálogo con nosotros mismos, nuestra historia, sueños y miedo, y, además, con el universo de los discursos sociales que nos entornan. 

- Uno escribe y desde ese mundo interior que describimos, sin dudas "asaltado" en su emotividad por la realidad, entabla diálogo con ese "vos" que implica la entonación poética (ese destinatario ineluctable de todo texto), que, a su vez, reclama un "auditorio universal" (Vbgr. Perelman y cía); la enunciación poética es, aunque suene paradójico, lo más distante discursivamente hablando, del solipsismo. 

Pero la poesía es en sus orígenes (y, diría, está recuperándose en ese sentido), un arte "aural" (según la inmarcesible Elsa Bornemann); el poema "dicho" plantea un escenario distinto que la lectura silenciosa, y, más aún, si es "en vivo". Y leer en voz alta, hace emerger al "otro" desde todos los rincones (¿me entenderán, transmití bien la idea, se oye en el fondo?, interminable etcétera) … mi voz "médium" entre ¿quiénes y quiénes?

En otro artículo intentaré plantear dos instancias comunicativas facilitadas por internet, donde la apropiación y "coralidad" de la poesía se manifiestan por originales caminos: por el momento, me limito a mencionarlas:

- En los espacios dedicados al haiku, es frecuente que el lector proponga una reescritura de lo publicado, algo así como un "haiku mellizo", que "dialoga" con el original.

 - Con muchas canciones (generalmente, de intenso voltaje poético), se da práctica de quien "sube" el video, lo acompaña con secuencias, fotos, dedicatorias que expresan su propio universo personal puesto "en clima" por la canción. Me pregunto (vengo siendo el mismo preguntón desde mi infancia) cuánto ha aportado la poesía al diálogo de religiones, culturas, pueblos, etc., particularmente reactivado en las últimas décadas. No se nos escapa el hecho de que la literatura, las artes en general, nos acercan… y que la poesía, acaso la más "lastrada" por el peso del idioma, inseparable de su génesis, sin embargo, es la que sabe suscitar los espacios más amplios y hondos de encuentro (y no se me ofendan los dramaturgos y narradores) digamos… nos dejan reconocer en el lagar sin fondo de la Humanidad.Según la tradición, cuando Buda, agonizante, se halló en trance de dejar a sus discípulos la esencia misma de su enseñanza, sintetizó "Mente atenta, corazón compasivo". Y con esto expresaba magistralmente las condiciones "sine qua non" para el diálogo; qué mejor estrella señera para nuestra Educación Poética.  



Cuando entornamos los ojos

Por Marita Retes

La creatividad involucra a todo nuestro ser pero...¿nos damos cuenta?

Siempre me ha llamado la atención cómo la etimología de las palabras nos permite acceder a sus significados originales, más profundos y a veces sorprendentes y que nos pasan inadvertidos, sobre todo en el uso corriente. Tomemos por ejemplo una palabra: Mística. (del griego Myein, relacionado con lo cerrado, lo arcano, el iniciado) y de ahí vino también místico, misterio, miope. ¿Por qué miope? Porque el miope entorna los ojos para poder ver mejor.

Y siguiendo con esta especie de juego de asociaciones libres podemos tratar de recordar en qué circunstancias, como el miope, cerramos los ojos: para concentrarnos, para acordarnos de algo que se escapa de nuestra memoria, para conectarnos con una evanescente inspiración, para besar, para deleitarnos con la música...en fin, para tomar conciencia de eso misterioso que ocurre en ese momento preciso en nuestro interior. En todo proceso creativo nos es necesario "cerrar" la atención que va hacia afuera y sumergirnos en nuestra interioridad. Sin embargo esto ocurre muchas veces mientras estamos escribiendo, pintando,, bailando o desplegando algún tipo de actividad externa, objetiva y palpable. Es decir que este proceso tiene como dos facetas, una es lo que hacemos, la acción y la otra es la percepción de lo que nos ocurre interiormente mientras estamos actuando.

Y me voy a permitir traer dos vocablos muy consustanciados con la práctica del Hatha Yoga, a saber: KARTA Y DRASHTHA (lo hecho y lo sucedido) Lo realizado y lo que se siente durante esa experiencia. (Conste que no digo "y lo que se ha sentido" sino "lo que se siente" en tiempo presente). Es así como, al tomar conciencia de lo que se hace y al mismo tiempo de lo que sucede como experiencia interior, es posible captar y mejorar la calidad de lo que vamos realizando no sólo con el cuerpo sino con todo nuestro ser. Esta capacidad de prestar atención, al mismo tiempo, a la acción concreta y a lo que sucede como consecuencia, es aplicable también al escritor, al poeta, al músico, al bailarín, al pintor, incluyendo también al artesano, al jardinero, al amante, es decir, a todo aquel (o aquella) que pueda establecer ese puente entre lo hecho y lo sucedido, lo externo y lo interno, en el momento creativo.

El efecto y el beneficio de esta actitud, que se puede aprender, es una armonización psico-física, un orden mental que lleva incorporados a los sentidos y al mundo material. Un intento de integración. Ahora bien, ¿ Podemos calcular los maravillosos efectos que la práctica de esta atención dirigida hacia adentro sin dejar de estar afuera, puede producir en los niños, jóvenes y adultos utilizada como método de acción e introspección al mismo tiempo?Inducir el hábito de cerrar los ojos y preguntarnos: ¿Qué siento mientras pinto, mientras escribo, etc? Pero no como algo que se analiza después sino que es contemporáneo a la acción. Y no es un análisis sino una captación directa. Mientras voy haciendo voy sintiendo y registro y percibo, eso que siento, y tal vez lo modifico y a la vez también puede que se modifique la obra.

Una verdadera forma de aprender a estar presente y abrirse a ese misterio cerrado (myein), que es también el alambique donde se produce nuestra propia transformación, porque todo aquel que crea está en un proceso alquímico de su propia energía y a la vez que transforma la materia, sea cual fuere, también se transforma por dentro. Poder asistir a esos valiosos momentos con plena atención y conciencia es un aprendizaje que, con la práctica, se va haciendo habitual y permite incluso mejorar la calidad de la obra que tengamos entre manos. Se convertirá en algo natural, cotidiano, ya que tendremos abierto el paso que conduce desde el exterior al interior, ida y vuelta.

Entonces podremos preguntarnos ¿Qué es lo que se mueve adentro nuestro y va tomando una forma quizás inesperada? La conexión con uno mismo es una herramienta fundamental en cualquier actividad creativa porque todo lo que hagamos será hecho no sólo con la mente y en forma mecánica, no sólo con el cuerpo, sino integrando todo lo que somos, incluyendo ese algo invisible y misterioso al que accedemos cuando entornamos los ojos.






El don de ver

Por Marita Retes


A raíz de la crisis sufrida el 23 de noviembre de 1889 que resultó en la automutilación de su oreja izquierda, V. Van Gogh ingresó voluntariamente en el asilo de Saint Paul de Mousolé. Durante el año que permaneció allí produjo algunas de las obras más conocidas y bellas de su carrera. Una de ellas fue "La noche estrellada" pintada a mediados de junio de 1889, y fue allí cuando Van Gogh "en un estado de realidad aumentada" lanzó la pintura de las estrellas produciendo "un cielo nocturno como ningún otro en el mundo había visto con sus ojos ordinarios." "El lienzo siempre ha tenido algo de misterioso. La elección del azul en vez de negro para el cielo. Los cipreses alzándose como si fueran columnas de humo. Las estrellas como girasoles. Pero sobre todo llama la atención las formas redondeadas que hay en el centro. ¿Estaba el artista pintando el viento? ¿O algo más?

"Un artículo publicado en La Vanguardia en el año 2006 se ocupa de este tema con más detalle:Madrid. (EFE).- Un estudio del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas) demuestra que algunos cuadros de Vincent Van Gogh de sus épocas de mayor agitación psicótica plasman con precisión la teoría física de la turbulencia de los fluidos y reproducen las leyes que describió el físico y matemático ruso Andrei Kolmogorov en 1941. Esta investigación del CSIC, a la que se hace referencia en un artículo de 'Nature' por el antiguo editor de la revista Philip Ball, desvela que las obras "La noche estrellada", "Camino con ciprés y estrella" y "Campo de trigo con cuervos" reproducen las leyes observadas en los fluidos turbulentos que describió Kolmogorov.Según el director de la investigación, Manuel Torres, que trabaja en el Instituto de Física Aplicada, del CSIC en Madrid, "Van Gogh captó perfectamente la turbulencia de un fluido en alguno de sus cuadros más apasionados". "Estas obras alucinadas del artista reflejan la huella dactilar de la turbulencia con tal realismo que coinciden completamente con el modelo matemático de Kolmogorov", añadió Torres, en cuyo trabajo colaboraron también Ming Bai, del Laboratorio de física de sistemas pequeños y nanotecnología (CSIC), y José Luis Aragón y Gerardo Naumis, de la Universidad Nacional Autónoma de México. 

En el trabajo, del que informó hoy el CSIC, se analizaron las fluctuaciones del campo de luminancias de los óleos del pintor como si fueran fluctuaciones del campo de velocidades de un fluido turbulento, por lo que los cambios de luminancia se asocian a los cambios de la temperatura virtual en el cuadro.Las diferencias de temperatura sugieren movimientos convectivos en un fluido que pueden conducir al régimen turbulento. Según Torres, "Van Gogh parece ser el único pintor capaz de crear turbulencia con tal precisión matemática".Torres destaca que, "a simple vista, el patrón de la turbulencia se puede apreciar como remolinos de diversos tamaños, creados por el trabajo en el pincelado, presentes en las obras más eléctricas del pintor holandés, pero también en cuadros de otros autores". Los investigadores digitalizaron distintas pinturas del pintor holandés y calcularon la probabilidad de que dos píxeles a cierta distancia tuvieran el mismo brillo o luminiscencia. Tras el análisis, confirmaron que varios trabajos de Van Gogh demuestran el escalamiento de Kolmogorov en la probabilidad de distribución de la luminiscencia. Van Gogh, como buen expresionista, representó la luz capturando su movimiento: sus campos de girasoles emitían espirales y su noche estrellada, remolinos que parpadean y parecen deshacerse en el fondo. Por otra parte, en la Edición de Raimond Arola, publicada en abril del año 2015 el autor se explaya sobre este tema:LA VIBRACIÓN DEL UNIVERSO.

"Dos imágenes de distintas épocas y culturas que gracias a la magia de las relaciones nos llevan a una reflexión sobre el sentido de la vibración que mueve y da vida al universo. Edición, R. Arola" ""Universo, proviene del latín uni-versus, que significa que gira 'en un sentido'. Este movimiento es la propia vida llamada también Al alma del mundo. Se trata de una fuerza inteligente a la que los antiguos egipcios llamaban Isis, está en el origen del moviendo universal. He aquí dos maneras de percibir esta fuerza que todo lo vivifica. Por medio de vibraciones sonoras que ordenan las formas naturales y a través de la mirada visionaria de un artista, en este caso Vincent Van Gogh.De esa manera nos acercamos al sentido de las palabras de Pitágoras, cuando afirmaba que los astros del cielo danzan al son de la música del Creador. Virgilio reveló con bellas palabras la esencia de este Alma:"Sustenta cielo y tierra y los líquidos llanos y el luminoso globo de la luna y los titánicos astros un espíritu interno y un alma que penetra cada parte y pone su mole en movimiento y se infunde en su fábrica imponente" Agrippa escribió respecto a ella lo siguiente: "Si alguien duda de que los cielos vivan, no habrá que considerarlo filósofo; y quien niegue que el cielo está animado, de modo que su motor no es su forma, destruye los fundamentos de toda la filosofía. "Este movimiento universal que sigue un orden que podría llamarse musical es el que da la vida y provoca la vibración de todo el universo. 

Los tres reinos de la naturaleza se mueven siguiendo sus ritmos y cualquier cosa en este mundo se ordena según sus leyes invisibles, de modo que solo los artistas visionarios, es decir, que poseen un sentido especial que les permita ver lo que no es visible, son capaces de percibirlo." Hasta aquí R.Arola. ¿Podemos preguntarnos entonces qué es lo que anima e inspira a algunos artistas creadores que aún en un estado mental o físico alterado por enfermedades o limitaciones (Mozart, Van Gogh, Beethoven, por citar sólo algunos) han podido, aún en sus peores momentos, arribar a las orillas de la belleza y del Arte, aunque casi siempre incomprendidos y desvalorizados por sus contemporáneos?¿En qué fuente primordial abreva el espíritu del artista que es capaz de captar un mundo que, si bien pertenece a lo físico, lo trasciende y lo que ayer se interpretó como producto de alucinaciones hoy se puede incluso comprender desde la acotada mirada de la ciencia?

Damos por finalizadas estas indagaciones con una reflexión de Rudolf Steiner, médico, padre de la Medicina Antroposófica, caracterizada por la integración de la materia y el espíritu; "Entre nuestra conciencia real de vigilia limitada por completo al mundo físico y el estado de sueño inconsciente hubo una vez un reino de conciencia a través del cual el hombre penetraba en la realidad espiritual. Y sabemos que lo que hoy en día se explica como fantasía popular poética se remonta a la antigua clarividencia, a estados clarividentes del alma humana que sabe mirar detrás de la existencia física y expresar lo que ve. "Y termino con un Aforismo, el primero, del sabio maestro Patanjali, compilador del Yoga de la mente, pues considero que tiene mucho que ver con todo lo expuesto aquí: "Cuando se detienen los remolinos de la mente el que ve (el vidente) encuentra su verdadera naturaleza. "No perdamos las esperanzas.



Hacia un nuevo paradigma

Por María Isabel Retes

"Toda teoría es gris, amigo, y verde el áureo árbol de la vida." J.W. Goethe.

 Hace ya muchos años que venimos escuchando sobre la necesidad de un cambio de paradigma. Tal vez por una repetida frustración o una certeza interior de que estamos equivocando el camino dado que los resultados son insatisfactorios y hasta peligrosos para la supervivencia. Tal vez hemos llegado como el Dante a una encrucijada donde se nos aparece "la fiera" para que tomemos conciencia de la necesidad de cambiar el rumbo.

Paradigma: modelo, patrón o ejemplo. Una teoría que sigue de modelo a seguir. Esta escueta definición de diccionario sintetiza una multiplicidad de aspectos. Un paradigma es la piedra fundamental que organiza y modela los sistemas sociales, políticos, religiosos y educacionales, entre muchos otros. Un paradigma es la urdimbre sobre la que se tejen diferentes tramas que responden siempre a un común denominador. El paradigma atraviesa nuestras vidas sin que nos demos cuenta y se hace presente en los grandes temas así como en los pequeños detalles.Traemos sobre la espalda milenios basados en un modelo que pareciera nos está quedando chico. A medida que vamos evolucionando tomamos conciencia de "la fiera" que nos obstruye el paso. Y nos dice Ernesto Sábato: "Las creencias, las invenciones, el pensamiento y los recursos fueron puestos al servicio de la conquista."Vivimos dentro de un modelo piramidal, estratificado y dolorosamente egoísta y a la vez peligrosamente alejado del "verde y áureo árbol de la vida." Y es por eso que a estas alturas cabe preguntarnos ¿Sobre qué piedra fundamental estamos parados? 

Si llevamos esa inquietante pregunta al plano de la educación, en el más amplio sentido de esa palabra, tal vez nos sorprendamos al comprobar hasta qué punto está encorsetada dentro del paradigma dominante. Hasta qué punto y en forma inconsciente se transmiten valores y desvalores en la ingenua (o no tanto) creencia de que estamos educando. La propuesta no es criticar lo ya existente sino detenernos a pensar, a observar sin prejuicios hasta qué punto estamos sumergidos en aguas ideológicamente contaminadas y dejándonos arrastrar por un patrón mental que, como poco, no nos beneficia sino que nos aliena de nosotros mismos. "Volver a la naturaleza sería la mejor riqueza…" decía la canción. Tal vez tendríamos que preguntarnos si nos hemos alejado de la naturaleza externa y divorciado de nuestra propia naturaleza humana. Si en la tarea de enseñar y aprender consultamos solamente información periférica y dejamos de lado la atenta consulta con nosotros mismos es decir con nuestro propio eje. Hoy sabemos que "el cuerpo tiene sus razones" y el planeta también. Que tenemos un cerebro emocional y que nuestro corazón tiene neuronas. Sabemos también que pensamos, sentimos y creamos con toda nuestra humanidad y no sólo con la cabeza. Que nos necesitamos unos a otros y que los diferentes reinos, mineral, vegetal y animal forman una unidad, un sistema interconectado. Una amorosa relación con el universo conocido y con los universos que nos falta conocer.

Es posible que haya llegado el momento de sabernos parte del todo y esa semilla pueda convertirse en el nuevo paradigma, para la educación y para la vida. Dejar, aunque sea de a ratos, el maravilloso pero estrecho mundo del pensamiento. Hay mucho más allá afuera y aquí adentro. Tal vez podamos aprender a detenernos, a observar y sentir, a comprender la vida desde adentro y permitir que el arte surja desde su matriz natural. El cineasta mexicano Guillermo del Toro expresa esa misma preocupación al hablar de Inteligencia Artificial (IA): "Creo que el arte es una expresión del alma, abarca todo lo que eres. Consumo y amo el arte hecho por humanos y pienso que el arte IA es un insulto a la vida misma. "Hoy en día y cada vez más, los niños y jóvenes padecen estrés, depresión y problemas de columna vertebral como resultado del encierro digital que viene desde hace algunos años y se agudizó con la pandemia. Los médicos y psicólogos alertan sobre la necesidad de tomar distancia, aunque sea de a ratos, de las pantallas, las ondas electromagnéticas y las malas posturas corporales sostenidas durante horas. Nuestra actual vida sedentaria es una forma maligna de no habitar nuestro cuerpo. Sin negar los avances y la utilidad de la tecnología estamos ante la necesidad de ponerle un límite y entrar nuevamente en la rueda de la vida, sin artificios. 

Cada uno buscará la manera que más lo beneficie adecuada a sus posibilidades. Y para finalizar transcribo algunas significativas palabras del Dr. Ramón Muñoz Soler, médico estudioso de las ciencias del hombre e investigador en "Temas y modelos de futuro.":"…Y es entonces, cuando nos damos cuenta que el camino del conocimiento se aleja del camino de la vida lo que hace falta es un nuevo viaje. Cuando el Dante se encuentra frente a la fiera que le cierra el paso escucha la voz de Virgilio que le dice "A te convien un altro viaggio" "¿A qué viaje se refiere? La respuesta no viene de las Academias dice el Dr. Muñoz Soler, viene del desierto, de la prueba del desierto, es decir de animarse a cruzar la propia sombra. Es la experiencia de millones de hombres y mujeres que hoy cruzan el desierto de la civilización moderna. Bajo condiciones extremas de presión social, vacío existencial y temperatura espiritual puede "abrirse" el corazón de piedra y el alma humana entrar en contacto con la luz. Muchos quedan por el camino, pero algunos vuelven con un nuevo estado de conciencia."


¿Qué nos pasa con la poesía?

Por Claudio Simiz

Estamos en una plataforma centrada en la "Educación Poética", desde aquí reflexionamos, convocamos, debatimos, proponemos… esto es, en sus aspectos fundamentales, ALEGRANZA. En esta breve nota, no nos detendremos (nunca lo hicimos, en realidad) a confrontar distintas definiciones de poesía, tampoco a intentar una aproximación desde lo cultural, genérico o epocal. El foco estará puesto en las situaciones en que el sujeto toma contacto e interactúa con esa maravillosa concreción de "lo poético" que llamamos "poema". Puestos en esta senda, identificamos tres instancias básicas: la recepción del texto poético, la creación del mismo y, finalmente, su comunicación.

En lo que hace a su RECEPCIÓN, ¿Qué "nos pasa" con la poesía?... "El otro" nos abre una ventana con sus palabras, nos pone en contacto con los estratos más difíciles de alcanzar y, más aún, de definir de nuestro ser. La vibración interior nos transforma, aunque sea momentáneamente, "en otro", entramos en lo que bien podríamos nombrar como "conmoción impresiva", a la que siguen, del modo más diverso, los procesos interpretativos.En la instancia de CREACIÓN, en cambio, nos "pasa" que el cosmos, a través de palabras, imágenes, contactos directos o recuerdos, nos "invade", para "salir" convertido en palabras, luego de un acaso indescifrable proceso de interiorización, en lo que podríamos llamar "conmoción expresiva". Por supuesto, a esto sigue casi inevitablemente el proceso de elaboración y sus etapas, que no nos detendremos aquí a puntualizar.

La COMUNICACIÓN… ¿Qué nos "pasa" con ella cuando se trata de poesía?... Ya no se trata del "adentro hacia afuera" o al revés, sino de una ola que se expande, se horizontaliza, en una "conmoción dialógica", que halla su expresión más cabal en el recitado poético, pero que encuentra en las tareas de edición de un libro o una grabación una versión lentificada y sutil.

Pero… ¿Por qué este circuito, atribuible a todas las circunstancias comunicativas, cobra un sentido peculiar (y me atrevería a decir "superador") en el campo de lo poético? Hemos señalado reiteradamente en nuestra plataforma que en la poesía nuestra mente, nuestra afectividad y nuestra sensorialidad se conjugan de manera especialmente intensa. Lo verbal, tan esencial a la naturaleza humana, alcanza su máxima temperatura en el discurso poético… nada nuevo, por supuesto. Entiendo que a esto debe sumarse el universo cultural, con los nexos que van desde la experiencia mística o religiosa hasta los tránsitos escolares y las experiencias amorosas, donde la poesía, inevitablemente, asoma… Y esa dimensión tan difícil, paradójicamente, de poner en palabras lo indecible, allí donde la más profunda conmoción tiene su reverso en la más implacable transparencia… Algunas de las cosas que "nos pasan" con la poesía…


Apuntes para la Educación Poética I

Por Claudio Simiz

En esta construcción que venimos desarrollando bajo el rótulo de "Educación Poética", el descubrimiento y la conexión resultan insoslayables. ¿Dónde internarnos, con qué/quién y cómo relacionarnos? En principio, podríamos determinar tres ámbitos (con sus consiguientes posibilidades de descubrimiento y conexión): la propia persona, el mundo y los demás. A riesgo de volvernos excesivamente esquemáticos, podemos postular seis elementos en este proceso:

a) Descubrimiento/redescubrimiento

b) Conexión/reconexión

c) Nuevos modos/lugares de relacionarse

d) Integración de elementos emocionales, intelectuales y sensorio/motrices en esa relación

e) Rol de la palabra en esa relación

f) Especificidad de la palabra como expresión y creación en la relación

Ahora bien, si ubicamos la lente, por esa vez, en los espacios compartidos con "los demás", y metiéndonos "cuerpo a cuerpo" con la realidad, la lista, sobre todo en los últimos años, viene creciendo casi geométricamente: cafés literarios, talleres de lectura/escritura, recitales, ciclos poéticos, programas en distintos MCM, blogs, páginas y grupos de internet, videoconferencias, festivales presenciales o virtuales, visitas de poetas a escuelas... Ya hemos abordado en más de una ocasión esta suma de elementos que hemos dado en llamar "comunidad poética".

Podemos afirmar que el yo se realiza plenamente en sintonía con los otros: la comunicación poética (baste recordar, a modo de ejemplo, el torrente de energía positiva que desata una tarea generada a partir de un texto poético que genera en cada asistente una escritura que se comparte y conversa, al final, con el resto) acaso sea la más idónea para alcanzar esa compartida plenitud. ¿Habrá tarea más compleja y trascendente que comprender al otro sin incurrir en la compasión, el endiosamiento, la transferencia y otros riesgosos atajos?

Y, para el cierre a ese breve apunte, otro interrogante: ¿Cuál es el sentido o la posibilidad de cultivar la poesía sin una clara disposición a vivir poéticamente?


 

De poliartistas, educadores y comunidades poéticos

Por Claudio Simiz 

Hemos referido, seguramente en más de una ocasión, el origen del nombre de nuestro espacio: "Alegranza": casi azarosamente, nació de la conjunción de "alegría" y "esperanza" en una charla en SADE, y la iniciativa de Silvia Rivas dio denominación al entonces naciente proyecto.

 Y al paso de los más de dos años de la experiencia, y en fraterna conjunción con otras propuestas vinculadas a la Educación Poética, creo oportuno detenernos en tres conceptos que han venido desarrollándose en nuestras conversaciones y escritos, y eso no ha de ser casual, seguramente. Aunque someramente, nos acercaremos a ellos, a saber: LA COMUNIDAD POÉTICA, EL EDUCADOR POÉTICO Y EL POLIARTISTA. 

El término "poliartista" resulta explícito, casi obvio. Hay personas que se expresan en distintos lenguajes artísticos, a veces combinados. Algunas asociaciones parecen más "naturales": cantantes que se acompañan de guitarra y crean sus propios poemas y melodías, por ejemplo. Fotógrafos que son artistas plásticos y directores de cine. Actores que danzan, cantan y también improvisan textos... De hecho, en algunas academias que abordan géneros muy definidos, como la comedia musical, se cuida esta "poliformación" del estudiante, aunque, de algún modo, suene paradójico en relación con la especificidad del género. Desde Alegranza venimos proponiendo la articulación de los lenguajes artísticos como uno de los ejes de la Educación Poética en su sentido más cabal y, en este sentido, presamos especial atención a los poliartistas, porque, más allá del camino peculiar que cada uno ha transitado, son personas que pueden dar cuenta de un recorrido lleno de búsquedas, descubrimientos, elecciones, que redundan en un creciente desarrollo interior, en ineludible relación con la realidad; esto es, formándose y formando el mundo, sin olvidar la herencia del pasado ni los sueños del futuro, pero bien asentados en su presente... y eso tiene mucho que ver con Alegranza y la E. P.

La compleja conjunción de internet y pandemia viene volviendo patente la existencia de una comunidad poética. Siempre existieron, aunque con enormes variedades contextuales/epocales, grupos, cenáculos, publicaciones, literarios (y, sobre todo, poéticos), más tarde los talleres, los festivales, los blogs... La diversificación y multiplicación de espacios, propuestas, roles y nexos es hoy apabullante. Es decisiva la incorporación de los "mayores", aún en los inicios de su producción. La poesía se ha convertido en un ámbito de interacción, de realización, de búsqueda. Hoy, pese a los distintos "cortes transversales posibles", cada día tiene menos sentido hablar de un "ambiente literario" concebido como "cápsula de iniciados". Lamentablemente, el sistema educativo y medios masivos no han sabido estar, hasta ahora, a la altura de desafío... Día a día los interesados se comunican con autores-lectores de todo el mundo, sólo con la (relativa) barrera idiomática. En una antología de poesía vernácula de hace seis décadas, el compilador se quejaba de la creciente desatención "del mundo" a la poesía (actualmente la mayoría de la crítica acepta que los ´60 fueron la edad de oro para la lírica, al menos en Buenos Aires y otras grandes ciudades) ... Hoy se publica (en papel o electrónicamente) una masa textual incontestablemente superior en volumen a la de aquellos años, lo mismo ocurre con cafés, recitales, encuentros, festivales... Nuestra E.P. ha de profundizar en esta creciente comunidad, tan cercana a sus indagaciones y propuestas.

En diálogos y encuentros con personas y grupos vinculados a la E.P., ha ido corporizándose la figura del educador poético; digamos, no sólo buenos docentes del área de Lengua o Artística, no sólo poetas acercándose a la docencia en los distintos ámbitos, sino educadores en continuo desarrollo, en el marco de proyectos y programas que tengan como eje la apreciación, producción, circulación y también reflexión metapoética y sus consecuencias en el desarrollo del sujeto. En estos momentos se está realizando, de la mano de la pionera "Una Educación Poética para Chile" un seminario en torno de la temática. ¿Elegidos?,¿Militantes?,¿Archieruditos?... No exactamente, más bien personas con vocación educativa y artística, con conciencia de las necesidades y posibilidades de sus alumnos en interacción con la poesía (en el más amplio sentido), con un recorrido existencial autoanalizado y con el compromiso de perfeccionar sus medios día a día. En fin, hasta resulta difícil de pensar, pero, si vamos al otro extremo del cuadrante... ¿No sería mucho más grata nuestra existencia si esto fuera una realidad?  

Mucha tarea aguarda a la E.P. en estos tiempos y los futuros, creo... Alegranza, como siempre, al pie del cañón... de la pluma. 


Cuarta meditación poepragmática

POECIENCIAS 

Por Claudio Simiz

Reiteradamente, desde ALEGRANZA, hemos abordado el tema de la poesía y el pensamiento, el decir "detrás" de lo racional, el lenguaje y el inconsciente. Hemos comentado el excepcional aporte del recientemente desaparecido Georg Steiner en Poesía y Pensamiento (donde plantea el nexo necesario entre el lenguaje poético y el desarrollo del pensamiento occidental) y también las distintas miradas y propuestas de la llamada "Poesía de pensamiento", de gran desarrollo en Argentina. 

La poesía como manifestación de la irracionalidad es sólo un aspecto de la cuestión, eso es cada día es más evidente. Esto pone sobre tablas algunos de los aspectos básicos de este constructo en marcha que llamamos "Educación Poética". ¿Por qué la poesía, entre los otros lenguajes artísticos? ¿Puede pensarse a la palabra artística como vehículo privilegiado de las dinámicas interiores? ¿Puede pensarse a la actividad poética como una especie de puente o equilibrio entre los complementarios hemisferios cerebrales? 

Estos y otros interrogantes nos abordan cuando el taller literario, el recitado o lectura, la velada lírica, dan lugar a la reflexión metapoética. El video que sigue, el inicial de la serie "Grageas poéticas", es fruto del grupo NEP, integrado por Oscar Perdigón, Belén Leguiza, Lautaro y Claudio Simiz. En él se plantean estas cuestiones y esbozan algunas explicaciones. Siendo el inicial, tiene algunas imperfecciones y erratas (en el min. 3, se habla, en instantes sucesivos de "lóbulos" en vez de "hemisferios"). También sirve para constatar el desarrollo de las experiencias, teorizaciones y debates en torno de nuestra Educación Poética. 



Tercera meditación poepragmática

POESTESIA O ZONAS DE CRUCES 

Por Claudio Simiz

Uno ha sentido, más de una vez, la tentación de embarcarse en la idea de que sigue un camino, ya existente o prefijado por uno mismo o por otros, o por el Destino u otra entidad... Claro, también puede ser construido, en interacción con el medio y la brújula de los deseos... En fin... Yo pienso que lo más interesante de los caminos son los cruces, con las preguntas, presencias, intercambios y replanteos que proponen estas "otras sendas". 

Las sinestesias son las imágenes construidas a partir de cruces de sensaciones provenientes de distintos sentidos (ej. "susurrante oscuridad"), según estudiáramos otrora en la escuela al analizar los recursos literarios. Hoy el sentido del término ha crecido, se ha diversificado y profundizado. Y esta forma de percibir la realidad como intersección de variables que nos "asaltan" desde los sentidos, articula con la exploración de los lenguajes artísticos y sus conexiones, aunque tal vez el Yoga, y de algún modo escuelas religioso/filosóficas como el Jainismo o el Budismo sean quienes han tratado de sistematizar más sostenidamente las explicaciones de este cambiante y heterogéneo campo de las sensaciones y percepciones.

La Educación Poética halla aquí un terreno desafiante y vasto, porque si bien distintas investigaciones y propuestas pedagógicas (y hasta terapéuticas) han recalado en él, no es tan extenso el trecho recorrido en lo que hace a la relación intersensorial y, sobre todo, su vinculación con las dimensiones intelectual y emotiva. En el fondo, la cuestión parecería pasar por asumir el desafío de acompañar, en nuestros alumnos y en nosotros mismos, el proceso de análisis de lo que se nos presenta como realidad y ponerlo dialécticamente en juego con las representaciones "de los otros". Digamos, dialogar sin caer en la doble tentación de pensar que sólo nuestra mirada es válida o que la realidad es una mera construcción voluntaria y efímera... Acompañamos con un video de "Nuestra Educación Poética" (2018). 


Segunda meditación poepragmática

POEMOCIONES

Por Claudio Simiz 

Resulta difícil concebir a la poesía separada de la emoción. Bien sabemos que hay líricas intelectuales, y hasta manifiestos y estudios críticos que menoscaban la efusión sentimental de los poemas. No discutiremos eso aquí, aunque no podemos dejar de dar cuenta de un (en mi opinión) infaltable estremecimiento emocional, aún en contacto con el más sobrio poema "racional"... la admiración pone en juego otras cosas a más del análisis y la comparación. Esto se hace más manifiesto en el terreno de la creación poética.

Situándonos en la atmósfera requirente y compleja de la Educación Poética, no podemos evitar la constatación de un desafío educativo que está siendo abordado por psicólogos, educadores y personas vinculadas, de un modo u otro, a la espiritualidad: la educación emocional. Las propuestas excluyentemente intelectualistas, las miradas predominantemente conductistas y también las que se asientan en la espontaneidad y la improvisación, soslayan, de alguna manera, esta problemática.

En notas anteriores hemos descripto, analizado y formulado algunas propuestas en torno a la educación de la creatividad... hoy acercamos algunos elementos para repensar el mundo emocional y qué puede aportar la educación (en especial nuestra Educación Poética) en esta tarea, que en el fondo es una constatación de la necesidad de rehumanizarnos. Marcha un video de 2018 (del canal "Nuestra Educación Poética"), acaso un prolegómeno de "Alegranza"... 


La Educación Poética y los años...

Por Claudio Simiz 

Hay músicos "precoces" ... plásticos, muchos menos... algunos actores... siempre con la fuerte incidencia del medio familiar y contexto social. Ahora bien, aun con notables casos de temprana plenitud, el escritor madura "lento" ... y hay algo más notable: algunos descubren su vocación y despliegan su creatividad en la madurez, o en los tramos finales de su vida.

Concretamente: muchas personas comienzan a frecuentar los encuentros autorales (sobre todo, de poetas), más allá "de los cuarenta" o aun de su jubilación. Seguramente la creciente pausa impuesta por los años, la mayor disponibilidad horaria, la creciente madurez y hábitos reflexivos, la posibilidad de ver "desde otro lugar" las cosas, han de ser insumos determinantes en este fenómeno, muy notable, por cierto, en los últimos años.

Estamos realizando una investigación al respecto, cuyos resultados se avizoran todavía muy lejanos. Sin embargo, la consulta a coordinadores de talleres, cafés y otros tipos de encuentros literarios señalan algunos puntos de interés, por ejemplo: no habría una temática predominante entre los que "se inician de grandes en la escritura", pero, sí una necesidad de "construir una mirada" y un designio de continuar, de avanzar, más intenso que entre los más jóvenes. Este solo elemento abre, por más que no resulte demasiado sorprendente, múltiples senderos a la indagación. 

¿La construcción de un relato explicita/justifica una trayectoria vital? ¿Hay algo de autodescubrimiento en la tarea de "malear" el instrumento verbal? ¿Ocurre lo mismo con la "ficcionalización" de contenidos experienciales/emocionales? ¿El reunirse en espacios compartidos adquiere algún sentido "especial" cuando de la palabra artística se trata, en la madurez? ¿Todo esto redundará, a la larga o no tanto, en una reconsideración de los "mayores"?

Interrogantes que la concreta prolongación de la media de vida, el creciente dinamismo de los antes "ancianos pasivos" y el despliegue de los medios de comunicaciones, activan de modo desafiante y urgente, al menos para los que recorremos estos no tan serenos caminos de la Educación Poética. 

Como cierre de la nota, van algunas reflexiones de expertos en las tareas citadas:

": (...) talleristas adultos, participantes de desde sus inquietudes, estilos, ganas y canas...cada uno cada vez hacer litera carreta , indicios telas de hilos tiempos, personajes versados, narrados, ensayos ...huellas, heridas, historias de vida y deber...distintos géneros literarios, maizal de ilusiones, tramos tramas , liras, surcos rimas , escritos en cuadernos, papeles...amarillentos que esperaron 30 , 40 o más años...encaran sus manuscritos, voces, hijos, nietos, vivos , muertos... Fraudes , sueños, con la literatura siempre el desafío real, ni verdad ni mentira. Cuando re aprenden a oírse, leerse y el cosmos se detiene en ese instante de lectura; autocorrigen y se enteran de las herramientas -taller- al usarlas, pues la meta es que cada escritor siga su senda e independizarse de Clo." Clo Migliore (poeta, editora, comunicadora, docente, coord.. de talleres de escritura)

"He aprendido que para hacer bien un trabajo de este tipo con otros seres humanos como nosotros es fundamental la confianza que se establezca entre los que formamos parte de la experiencia: he sentido que los individuos que se acercaron a mí por estos asuntos valoran mucho la línea de conducta de los orientadores, por ejemplo, se destaca mucho una actitud ética de vida, ya que ella aporta mucho, mucho para crear el campo propicio para poder desarrollar en común un trabajo pleno y profundo basado en la confianza y el mutuo respeto. Eso es lo que quiero decir por ahora sobre un tema tan rico y tan interesante sobre el que podríamos seguir dialogando durante horas y horas (...)Amadeo Gravino (poeta, narrador, coordinador de ciclos, antólogo, editor)

"Creo que para un adulto (joven-maduro-mayor) ingresar al mundo de la producción literaria y en especial poética es un hecho muy significativo en su vida ya que ello le permitirá poder manifestarse desde lo más profundo de su ser sobre su relación con los sucesos y los espacios que lo rodean en su vida cotidiana; su relación con los otros hombres, las ciudades y los sucesos propios de su tiempo histórico de vida (o por lo menos le brindará el poder intentar hacerlo)."María Amelia Díaz (escritora, investigadora, docente, coordinadora de talleres)

"Se les abre un nuevo mundo. Se sorprenden (los mayores) al descubrir otras perspectivas pues ven que el primigenio brillante tiene distintas facetas."Angel Kandel (poeta, promotor cultural, letrista, economista)


Primera meditación poepragmática

Por Claudio Simiz 


¿Por qué la poesía?

A lo largo de los siglos, desde distintas culturas, contextos y marcos conceptuales, se ha venido arguyendo sobre la "centralidad", "carácter especial", "didactismo", etc. de la poesía. Una primera sospecha en torno de este trato preferencial pasa por el hecho de que quienes postulan, argumentan, fundamentan, son personas que pertenecen al "mundo de las letras" ... de hecho, quien esto escribe cultiva la poesía desde hace más de medio siglo. 

En nuestras "meditaciones" esta temática se halla presente, explícita o implícitamente. Georg Steiner postulaba la necesaria relación entre el lenguaje poético y el desarrollo del pensamiento filosófico de Occidente; los formalistas rusos ponían a la lírica en el centro a la hora de construir un aparato con aspiraciones científicas en torno de la Literatura (basado en lo lingüístico). Agregaría, brevemente y sin pretensiones de originalidad, que el desarrollo del texto se parece al tejido de la vida. 

En "lo poético" confluyen lo emocional, lo intelectual, lo sensorio/motriz, con un nivel de imbricación que, más allá de los distintos abordajes posibles, la idea de unidad y de organicidad se imponen. Pero poniéndonos pragmáticos, nuestra Educación Poética debería, en principio, avanzar simultánea y articuladamente en cuatro "frentes"

- La recepción activa: escucha, lectura y contacto audiovisual de las textualidades poéticas y afines.

- El procesamiento interior: análisis y toma de contacto y vinculación de los textos con el mundo interior del receptor.

- La creación poética: asunción de la palabra poética (acaso acompañada de otros lenguajes) desde el papel de productor.

- La comunicación del texto poético (propio y/o de otros) a través de los recursos expresivos de voz, cuerpo y elementos auxiliares. 

Todo esto, sin dudas, ha sido y es explorado por los docentes, investigadores y programadores, en la escuela y otros ámbitos, el cúmulo de propuestas y experiencias es casi inagotable; permítaseme agregar una reflexión final, tendiente a enmarcar las prácticas posibles en un contexto existencial, o, más bien, vivencial. Estos planes de desarrollo humano (a la postre, eso son en esencia), han de tender al crecimiento de la MIRADA y LA ACCIÓN POÉTICA, cara y cruz de nuestros modestos esfuerzos. 

La Mirada Poética (abordada en meditaciones anteriores), se vincula con el desarrollo de la capacidad de detectar, aprehender y disfrutar lo que llamaríamos "belleza" (en la naturaleza, el ser amado, el arte, las escenas que la vida nos propone). 

A la Acción Poética podemos acercarnos, estimo, a partir de expresiones tan intensas como inasibles: "La Poesía es una forma de vida" o "habitar poéticamente el mundo" ... tengo para mí que la tarea de conceptualizar el término y avanzar sobre los desafíos de su despliegue, ha de ser de las más importantes de nuestra EP. 

Y seguramente el desarrollo de una actitud creativa, abierta al diálogo y la comunicación, y amorosa frente a la Naturaleza y sus seres se constituirá en principio rector de nuestra indagación...

 


Tercera meditación poecrítica 

Por Claudio Simiz 

Hace algo así como dos décadas, viví la que quizá haya sido la experiencia docente más conmocionante de toda mi carrera; hace un tiempo la referí en un video educativo, espero que el pulimento exaltador de la distancia no haya distorsionado excesivamente los hechos en mi memoria. 

Cuartel Quinto, la zona más pobre de Moreno, uno de los distritos más carecientes del conurbano bonaerense. Día de trabajo artístico en el seno de "El Colmenar", entrañable experiencia mutualista, destinada a dar respuestas desde la comunidad a las incontables necesidades no satisfechas. Un fulgurante día de primavera... el niño ciego pide su hoja para pintar, como los otros... Lo rodean sus hermanos y amigos... con las manos ubica el sol " ¡Dame el amarillo" y el crayón comienza la gesta... "¿Allá qué hay?"... "Arboles altos"... "Dame el verde y el gris"... y así... alguna vez sus ojos habían conocido la luz, y lenta y entusiastamente iba emergiendo el modesto milagro sobre el papel... 

Más allá de la emoción que me embarga, aún a veinte años de aquella tarde luminosa, pienso que en la experiencia convergen tres elementos que acaso sean los pilares de nuestra Educación Poética: La búsqueda de la verdad, la generosidad y la relación con belleza. Las manos alzadas, las preguntas del niño apuntaban a la representación de una realidad que "estaba allí" más allá de no poder percibirla visualmente. Pero la obra de arte reclamaba su lugar y los crayones iban modelando, dando sentido a la otrora hoja en blanco... y los que lo rodeaban, que también estaban gestando belleza desde su entusiasmo por la naturaleza y su magia, aportaban su atención y tiempo a la tarea de acompañar la creación de su compañero...

En términos más concretos, hay una ardua tarea que nos aguarda como educadores poéticos: el desarrollo de la sensibilidad para percibir los matices, el de la inteligencia perceptiva para dar cuenta de los nexos y articulaciones que constituyen la realidad social y natural, el de la inteligencia vital para asumir la incontestable temporalidad de nuestros actos y proyectos, junto al valor para asumir caminos desconocidos... Y, claro es: el educador poético ha de ser un permanente "aprendedor", un indefenso viandante ante los desafíos, los "asaltos" que propone la existencia.


Segunda Meditación Poecrítica 

Comunicarse es conocerse...

Por Claudio Simiz 

A veces, la lucha contra la mecanicidad y los prejuicios es condición "sine qua non" para el despliegue de lo más valioso. Reflexionando críticamente sobre mis cuatro décadas como docente en los más diversos ámbitos, caigo en la cuenta de que, a la hora de trabajar con mis alumnos contenidos vinculados a la creatividad y el disfrute (tanto en la recepción como en la construcción de diversas textualidades), he sido, con frecuencia, tardío, parco, recurrente. 

Me pregunto, por ejemplo, por qué siendo poeta antes de aprender a escribir, me costaba un poco, hasta no hace tanto, abordar el terreno de la exploración y la experimentación literaria en mis clases, o lo hacía después de tener ciertos "indicios" o "garantías" en torno de ese grupo. "Primero comprender", "Del todo a las partes" (o al revés), etc. Uno tiene muy arraigada la mirada de la creación artística como tarea individual (sobre todo, los escritores, aunque no exclusivamente), y no pierde ocasión de remitirse a esos momentos de honda introspección, imprescindibles en la gestación de la obra. Pero no todo es tan lineal ni sencillo (al menos, en la escuela). 

Trabajando la escritura teatral con mis alumnos del Profesorado en Teatro, más de una vez (sobre todo en primer año) me encontraba ante la seria dificultad de los estudiantes para concebir un drama de cierta extensión y complejidad, sin que yo les "tirara" ideas o los remitiese a obras conocidas. Aparecían tímidos esbozos, ciertas proyecciones autobiográficas que no "avanzaban" ... Más allá de la evidente falta de experiencia de la mayoría en estas tareas netamente creativas (que uno, con los años, va asumiendo), yo veía que mis orientaciones (siempre medidas, tratando de no interferir) no estaban resultando demasiado productivas. 

Entonces (recuerdo, particularmente, un curso que venía muy "trabado") se me ocurrió proponerles que, en pequeños grupos, les presentasen a sus compañeros la historia que estaban imaginando y, en un segundo momento, les hicieran preguntas, comentarios y, al final, sugerencias. Como cierre, hicimos una puesta en común sobre la experiencia de cada grupo. Fue casi mágico: todos manifestaron que la experiencia fue positiva y que "ahora se sentían más orientados y motivados para escribir la obra". Algunos, incluso, propusieron coautorías, porque les entusiasmó la propuesta del otro o porque sus ideas tenían mucha sintonía. Pidieron seguir trabajando con esta técnica en la clase siguiente... por supuesto, accedí. 

Está claro, no he descubierto con esto ninguna oculta verdad pedagógica, pero reflexionando desde este espacio en construcción que es la Educación Poética, estimo valioso detenerme en algunos aspectos:

- La importancia de la interacción, especialmente la "horizontal", con los pares, en una democracia más propositiva que confrontativa, más exploratoria que finalista... es decir, más dialógica (enriquecedora, respetuosa, comprometida) ... digamos, un buen ejemplo para nuestros políticos y organizaciones en general que se pretendan "democráticos" ...

- El peso de los roles preestablecidos, de los programas y secuencias rígidos, la tendencia a la esquematización y repetición que en la docencia (y en el resto de los ámbitos) empobrecen las experiencias y convierten al miedo y la comodidad en las grandes directrices de nuestras acciones (también, desde "el otro extremo", los cruzados acríticos del "cambio total"). 

- La valorización de lo cercano, de "mi historia", "mi propuesta", "mi mundo interior" ... pluralizada luego en "nuestro", nos posiciona en un lugar crecientemente posibilitador. Nuestra Educación Poética ha de ser, y no de manera casual o esporádica, un recorrido minucioso y entusiasta por las posibilidades que ofrece la comunicación.

Primera meditación poecrítica

Libertad y experimentación

Por Claudio Simiz 


Hace casi dos décadas, en una secundaria del Gran Buenos Aires, viví una experiencia muy rica, dura y aleccionadora. En el marco de un proyecto educativo innovador, donde participamos docentes secundarios, terciarios y universitarios, que duró varios años, desarrollamos, entre otras, una experiencia que hoy vincularíamos a la "Educación Poética". En la biblioteca de la escuela, con asistencia libre y a contraturno, los alumnos asistentes tuvieron oportunidad de escuchar y dialogar con los poetas locales. Algunos días tuvimos que limitar la inscripción porque superaban la capacidad del recinto. Los encuentros cerraban con lecturas de los alumnos. Uno de éstos fue cobrando notoriedad al paso de las jornadas, por sus conmocionantes textos, expresivos y cuestionadores. Un comentario de una chica no se me olvida "No puedo creer que este tipo que se la pasa haciendo pavadas en los recreos, escriba cosas así" ... El adolescente en cuestión tuvo, en ese trimestre, un aplazo en Literatura... Un comentario generalizado en torno de la experiencia fue "No sabía que teníamos estos poetas viviendo cerca de nosotros" ...

En una época en que suelen enunciarse derechos intensa y combativamente (no abriré juicio sobre la vaidez de tales planteos), que a veces tienen posibilidad real de concreción y otras no (al menos íntegramente), mencionaré una serie qué sí es realizable en el sendero del desarrollo educativo:

1) Derecho a "recorrer" diversidad de campos (lo científico, lo artístico, lo jurídico, etc. y sus variables), de lenguajes (los expresivos, lógico-formales, etc.), de ideas (sistemas, cosmovisiones, ideologías, etc.) y testimonios y realizaciones (experiencias y obras varias). 

2) Derecho a experimentar, en el marco de una propuesta orgánica y con roles definidos, poniendo "las manos en la masa" y con derecho a "perder tiempo" y ensayar/explorar lo incierto o lo "ya sabido".

3) Derecho a cuestionar, asumiendo la necesidad de la actitud crítica en todo proceso educativo y de desarrollo social, y de la construcción progresiva de la propia mirada sobre la realidad.

4) Derecho a asociarse, a convertir la experiencia/senda educativa en una tarea con sus momentos y propuestas individuales y también grupales, con sus espacios específicos.

5) Derecho a proponer, a buscar nuevos caminos, a convertir la mencionada "mirada propia" en texto, en propuesta crecientemente articulada "hacia adentro y afuera" del estudiante.

6) Derecho a compartir, a instalar en la dimensión social, siempre desde una perspectiva dialógica, las propias ideas y someterlas a debate y contrastación con los pares, docentes y otros.

La Educación Poética toma distintas formas, cristaliza a través de proyectos diversos, asume modalidades variadas y variables, se despliega en espacios heterogéneos... sin embrago, en mi opinión, los que intentamos este derrotero de ayudarla a crecer, no podemos sino asumir que, en el fondo, es un progresivo avance hacia la libertad, que en grados crecientes de conocimiento y conciencia (y, por lo tanto, de responsabilidad), se encamina hacia un mundo mejor.

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DANDO LUGAR A LA LIBERTAD 

Por Claudio Simiz


En la nota anterior señalábamos la importancia de saber "dar lugar" a las cosas en nuestra vida en desarrollo. El mundo exterior nos desafía, nos seduce, nos presiona con mil estímulos sensibles, emocionales, intelectuales. También en nuestro mundo interior esos estímulos, ya ideas, ya deseos, ya emociones pugnan por ocupar el centro de nuestra atención. La cuestión es cómo hacerles lugar en nuestra vida, cómo jerarquizar estas instancias, cómo procesarlas para que puedan ocupar ese lugar productivamente en nuestra existencia. Y todo requiere tiempo, además. Para ser más concretos: la amistad o romance recién iniciados, la actividad o propuesta que deseo reperfilar, necesitan tiempo, además de voluntad. Se trata, nada menos, que de generar, evaluar y reformular nuestro proyecto de vida. 

Desde la psicología en sus distintas escuelas, también desde las religiones y disciplinas como el yoga en sus diversas ramas, más contemporáneamente desde los llamados "autoayuda" y "coucheo", y en el mismo entorno afectivo, familiar u otro (hasta de la política), nos llegan orientaciones y propuestas al respecto. La educación rara vez ha hecho centro en esta tarea, al menos, si la interpretamos como propia elaboración dinámica y no como reproducción, adaptación o extensión de modelos preestablecidos. La pregunta, a la hora de dar cierre parcial a estas meditaciones que llamamos "metaeducativas", es qué podemos aportar desde la Educación Poética a tan vital cuestión. 

Acaso resulte útil partir de dos situaciones extremas que empobrecen lo humano: la primera, el vivir enclaustrado, "encajonado" en lo individual (ver sólo mis problemas/deseos) o en una lucha o línea de acción excluyente ("me identifico con tal partido, colectivo, religión, etnia, etc." y eso da sentido a mi vida). En el otro extremo, la del furor de vivir sin planes, sumido en el torbellino del día a día, alternando intuitivamente nuestras máscaras, tratando de lanzar y parar estocadas que van estrechando el sendero de la espiritualidad o, si se quiere, la vida concebida como despliegue orgánico, acompañado de la conciencia.

Pienso que la E.P. , frente a estos dolorosos extremos, ha de brindar herramientas para construir nuevas miradas, nuevos espacios, nuevas formas de relación... (a la postre, "dar lugar" implica, también, incorporar a "los otros" al horizonte posible, reconocerles entidad y derechos) y volviendo al inicio de esta nota, esto será posible si logramos dar lugar y tiempo a lo existente; contamos con la austeridad para poder relacionarnos con "lo otro" sin generar dependencia, la solidaridad para alimentarnos en esta construcción que necesariamente ha de ser colectiva y el equilibrio (sobre todo) para tomar decisiones a la luz de la conciencia y no de la pasión o el miedo. Después llegará la hora de programar o elegir nuestros cursos, talleres, lecturas, maestros, equipos de trabajo... acercándonos, paso a paso, a la libertad como creciente realización.



EDUCACIÓN POÉTICA, ACTITUDES Y LENGUAJES 

Por Claudio Simiz 


Algún día podremos explicar nuestra secreta pasión por el número tres, esa sensación de saciedad al completar una tríada (aunque no es, de ningún modo, el propósito de este escrito). Remitiéndonos a los que podríamos denominar muy elásticamente "formas de plantarse en el mundo", podemos citar, a modo de ejemplo, tres "ternos actitudinales" en la filosofía occidental, en el siglo XIX (acaso el último preñado de certezas intelectuales): la evolución del individuo de Kierkegaard, el despliegue del Espíritu de Hegel y el desarrollo de la conciencia de la clase obrera en Marx. Para este último, heredero de los planteos hegelianos, la clase obrera pasa de una especie de falta de conciencia a una "conciencia de sí" (al calor del desarrollo capitalista), hasta llegar a una conciencia "para sí", cuando disputa el poder a través de su propio partido revolucionario. Su maestro, Hegel, organizando su mirada desde su sistema idealista, centrado en el desarrollo del Espíritu, plantea una primera etapa artística, seguida de una religiosa, que culminará en la filosófica, plena realización del Espíritu. 

Kierkegaard erige su tesis sobre el desarrollo del individuo a partir de "los tres estadios de la existencia": el estérico, el ético y el religioso (identificación con el mundo, consigo mismo y con Dios, respectivamente).Sin tratar de establecer un planteo evolutivo, finalista o competitivo, podemos intentar esbozar una tríada referida a nuestras miradas sobre el mundo: la religiosa, la política y la artística. En la primera, predomina una visión más bien fatalista y gregaria, con la esperanza puesta en algo externo, superior, ordenador. En la segunda, el eje es la acción sobre la sociedad, el objetivo es su transformación. La tercera, sobre la que desarrollaremos algunas reflexiones, parece hacer pie en el descubrimiento y la creación del individuo/grupo en su entorno. En principio, esta actitud artística que nos ocupa, ha de desarrollarse. Curiosidad, "meterse con", "dejarse invadir por", aceptar la propia modificación podrían ser pasos que esquematicen el desarrollo de la "mirada artística". En lo que hace a la creación, tomada en un sentido tradicional, el proceso ha sido profusamente estudiado por psicólogos y pedagogos, aunque con dispares conclusiones, que en este momento no analizaremos. 

"El reino del tres" hegemoniza, también las interpretaciones sobre el sujeto y sus instancias: el ego, ello y superyó freudianos, el análisis de nuestro cerebro reptil/mamífero/humano y sus derivaciones, la concepción, tan occidental como oriental, de nuestra constitución sensorio-motriz/emotiva/intelectual son apenas ejemplos. Respecto de este último "terno", una interesante reflexión del psiquiatra Claudio Naranjo señala un sendero sugestivo: hay que "permitir" que cada una de estas instancias tenga su "instante de plenitud", en tanto las otras dos quedan, momentáneamente, en un segundo plano, a modo de una dialéctica, dinámica y estable a la vez. Si combinamos esta particular mirada con los que, seguramente, son los más frecuentados lenguajes artísticos, podemos arribar a algunas hipótesis dignas de consideración: El baile expresaría la culminación de lo sensorio-motriz; la música, de lo emotivo y la literatura de lo intelectual... 

Por supuesto, toda esquematización cae bajo la sospecha de reduccionismo (una de los modos contemporáneos del no-pensar), pero la idea es usarla como pivot para pasos siguientes... Sugestivamente, este planteo explicaría la importancia de formar integralmente a los niños y jóvenes en estas disciplinas, no sólo como "entrenamiento cultural", "cultura general" o a modo de muestrario para una futura elección, sino como apuesta al pleno y equilibrado desarrollo de los tres aspectos mencionados. 

Y un gran interrogante: ¿La Educación Poética no habrá de tener como soporte la indagación sobre esta triádica alternancia y sus problemáticas? Por el momento... punto final (suspensivos, más bien) 


Nuevas Meditaciones Metapoéticas III 

Por Claudio Simiz 

Hoy: amistad y soledad

Amistad y soledad suelen presentarse, al menos en una primera aproximación, como muy distantes, hasta antagónicas... desde la Educación Poética intentaremos otro recorrido...

Resulta difícil constatar y hasta concebir un tipo de relación más libre, democrática y constructiva que la amistad. "A los amigos de los elige, a la familia, no", el viejo adagio se nos vuelve prácticamente irrebatible, fundamentalmente al confrontarlo con nuestra propia realidad... Por supuesto, cuando la relación de pareja o hermandad transita simultáneamente la senda de la amistad, estamos en el mejor de los mundos (aunque no suele ser lo más común). La amistad permite, además, la posibilidad de la expansión al "grupo de amigos", que no menoscaba las relaciones bipersonales, aunque, no es cuestión de pecar de ilusos, los celos y alguna pretensión hegemónica suelen aflorar en algunos casos. Partiendo de situaciones "dadas" (vecindad, participación en el mismo grupo laboral, estudiantil, de afinidades, actividades, etc.), suele aflorar la amistad como etapa superadora de esa instancia inicial donde el azar, en distinto grado, marca su presencia. Tanto se ha dicho y escrito sobre esta relación (acaso la más universal entre las elegidas, por eso la traición de un amigo es la puñalada más dolorosa) ya en clave artística, ya filosófica, ya psicológica, que resulta casi imposible agregar algo nuevo. Avanzar (con zigzagueos y retrocesos) en el camino de la amistad se presenta, entre otras cosas, como el correlato de la que acaso sea la única tarea en que medio y fin se conjugan positivamente en el sujeto: educarse. Ni aislados ni arrebañados... curiosos, críticos, gozosos, creativos en ese diálogo sin punto final.


Pero está la soledad. Sí, la que nos hace sentir, a veces, los más desventurados de la Tierra, la que no podemos evitar o elegimos como opción de resguardo "porque no queda otra" ... La soledad es un espacio a conquistar si queremos crecer. Los poetas chinos han dedicado muchos poemas a exaltar la figura del monje apartado del mundo, que vive en permanente meditación, con un puñado de arroz, bajo un cobertizo. Aunque suene extremo, debemos aprender a construir momentos análogos. Tal vez el primer paso sea dejar de temerle... la vida llega en forma de eco en la soledad, y eso asusta... pero de a poco éste se va volviendo familiar, menos amenazante (la meditación suele ayudar en esos momentos). Después iremos descubriendo la dimensión gozosa de la soledad (que acaso se manifieste en el hecho de quedarse, por ejemplo, escuchando una música querida), pero que debe superar la etapa de tensión espiritual y avanzar en el diálogo... tal vez con el recuerdo o el texto que repasamos y finalmente, con nosotros mismos. Y allí comienza el crecimiento, y el reconocimiento de "los pasillos de nuestro corazón", el descubrimiento de que no tiene sentido mentirnos, disfrazarnos de lo que no somos, distraernos (evadirnos, en verdad) ... se trata de gestionar nuestros necesarios momentos de soledad, podríamos decir, o de otro modo... desarrollarnos conscientemente.
En el marco de la Educación Poética, cada paso que avanzamos nos lleva a constatar la centralidad del diálogo (con el otro, conmigo), para superar las respuestas rígidas y automáticas, la tentación del monólogo y el aislamiento, la sensación de que "esto es bueno, bello, pero no es para mí"

NUEVAS MEDITACIONES METAPOÉTICAS II

                                 Por Claudio Simiz                                       

Transposiciones

El camino de indagación que nos propone la Educación Poética necesita, sin dudas, la construcción de ámbitos y vectores para el desarrollo de sus acciones... éstos, inevitablemente, hallarán su punto de apoyo en las relaciones humanas. En esta ocasión, comenzamos a indagar, acaso esquemáticamente, en las relaciones "asimétricas" del proceso de crecimiento.

Brújulas, mapas, reflectores...

Uno siempre se ha procurado bastones, faroles para seguir el avance... y, sobre todo, puntos de ubicación, brújulas para no perderse...

El referente es el mojón que nos ayuda a percibirnos dentro de las coordenadas espaciales, temporales y sociales de la existencia, pero, sobre todo, reafirma que algo de lo que está en uno no está solo, vibra en sintonía con algo exterior, más amplio, y, de alguna manera, lo justifica. El referente, en su grado de concreción, nos convalida como individuos a partir de la valentía y convicción de afirmarnos en una postura, en un camino elegido.

El modelo se constituye a nuestros ojos como un ente más complejo, más integral que el referente. De algún modo, la admiración y la imitación despliegan aquí sus sinuosas cartas, también afloran aspectos problematizantes, como la convalidación social y la proyección moral de las trayectorias vitales. El modelo, que es inseparable de la asunción de los límites, de "lo real", hace pie en la coherencia y persistencia en el esfuerzo por la construcción de un ser en que armonizan el cosmos interior y "el mundo".

El ídolo, por lo general, canaliza nuestros anhelos y fantasías, la emotividad gana terreno, por momentos uno siente que es parte de algo mayor, indiferenciado y poderoso. El ancestral rol del héroe se sigue corporizando en términos de éxito y excepcionalidad, pero más vinculado al despliegue encandilante de lo individual que al compromiso con la cultura. Cuando "se nos cae" un ídolo sentimos que parte de nuestro ser se va con él; cuesta asumir que, en realidad, no hay crecimiento sin dolor y que uno está arribando a una nueva etapa de su devenir existencial.

Uno no camina solo, uno no marcha sin pausas, y hasta retrocesos. Una cosa será, seguramente, ir constatando mapas, proyectando serenamente senderos, y otra apelar al pensamiento mágico, al testimonio de los arúspices.

Escuchando, interrogando, siguiendo...

Quién no ha tenido un jefe, un director, etc. (bueno, regular o malo, pero no elegido) con quien ha debido compartir una asimétrica convivencia... Hay otras asimetrías que generalmente podemos elegir, y son parte de nuestro crecimiento (o no) ...

El maestro nos ayuda a crecer, nos "forma" más orgánica que mecánicamente. Algo de la relación padre-hijo hay entre alumno y maestro, pero de manera más consensuada, elegida, prometedora de un crecimiento previsible.

El guía nos ayuda a concretar proyectos, a enfocar sueños, a modelar itinerarios. Desde el asesor de tesis al empleado/técnico adocenado que orienta al bisoño, el guía parte de su experiencia, de la serenidad que da el poder extender una mirada "desinteresada" sobre un campo que deberá recorrer el otro, que no compite con él, sino que reconoce la necesidad de su consejo y apoyo.

El líder es un catalizador de impulsos, de anhelos, en la dimensión grupal. Pocos parecen dudar de la innata tendencia humana a seguir gregariamente al que encabeza en grupo y de lo positivo de tal esquema (en grupos deportivos, musicales, la política, etc.). El líder habla, lucha, acepta por uno, por muchos unos... y eso tiene su precio, porque, en el fondo, le quita a cada uno la posibilidad de hacer lo que debe/puede/quiere, con sus correspondientes esfuerzos, responsabilidades, recompensas. ¿Puede "otro" hacer "por mí", sobre todo si desde "lo alto" impone en vez de consensuar? La tentación de no "hacerse cargo" (temor encubierto) suele ser muy poderosa; también, desde el líder, la de sentirse "un elegido", con todo lo que eso conlleva...

En términos generales, al maestro se lo escucha, al guía se lo consulta y al líder se lo sigue... cada uno podrá evaluar en su vida personal y en su entorno social cuál es el saldo de cada una de estas instancias...

El desafío es, para el desarrollo de la Educación Poética, profundizar estas someras caracterizaciones e ir generando un dispositivo que permita a cada sujeto ubicarse respecto de las distintas figuras que acompañarán su desarrollo... hasta la próxima.


Nuevas Meditaciones Metapoéticas I 

Por Claudio Simiz 


Solidaridad, Austeridad, Equilibrio


Nuestra propuesta, según expresamos, tiene como horizonte la rehumanización. El camino es el desarrollo: en principio, el desarrollo personal en interacción con el medio social... nuestra Educación Poética es una apuesta al crecimiento de la mano (en lo fundamental) del arte, la reflexión y la creatividad.

Hoy nos acercaremos a tres actitudes (otros las llamarían "virtudes") inherentes al despliegue de competencias del humano: la austeridad, la solidaridad y el equilibrio. Nos interesa su consideración en tanto predisposición y dinámica, no como elementos "intrínsecamente valiosos" o "finalidades".

La AUSTERIDAD ha sido encomiada desde distintos ámbitos (y muchas veces, declamada en mucha mayor proporción que practicada) ... el religioso, el cívico, el filosófico... entendemos a la austeridad como la disposición a utilizar sólo lo necesario en nuestras actividades, con creciente prescindencia de cosas que, a la postre, son carga, retardo, distracción en nuestra marcha. Pero, en el fondo, la austeridad (que no ha de confundirse con mortificación, hasta a Buda le llevó tiempo comprenderlo) termina transformándose en INDEPENDENCIA, esto es, capacidad de tomar decisiones con la menor presión posible.

La SOLIDARIDAD, más allá de algún discurso que cifra en el individualismo a ultranza el crecimiento personal y social, no es negada como actitud en ningún medio... es inseparable de la vida comunitaria y de los proyectos grupales. Hasta los sistemas rígidamente estratificados y que propugnan distanciamiento, competencia y recelo entre los sectores, van siendo lentamente permeados por sentimientos empáticos. Sin embargo, hay un aspecto que no siempre está a la vista en lo referente a la solidaridad: la orientación de nuestras acciones y nuestra vida en general. Sin "el otro", no logro constituirme como sujeto... la relación con el/lo otro da SENTIDO no sólo a la vida social, sino a la búsqueda de cada uno.

El EQUILIBRIO, en cambio, goza de menos popularidad... ciertos discursos muy en boga, hacen de la pasión un valor y de la moderación y prudencia "las cosas tibias que Dios escupe de su boca". El equilibrio (ese "camino medio" a partir del cual Buda inicia su desarrollo más avanzado), es, ni más ni menos, que la ESTABILIDAD que necesitamos para manejarnos en nuestro mundo interior y circundante. Dicho de otro modo, el progresivo logro de la paz interior y la más eficaz herramienta para superar los momentos difíciles.

En última instancia, la rehumanización ha de pasar por un creciente desarrollo de la conciencia que nos aproxime a la ecuanimidad (entendida no como distante neutralidad, sino como comprometido modo de habitar la realidad) ... La Educación Poética propone, para internarnos en ese sendero prometedor pero lleno de desafíos, el cultivo de estas tres actitudes.


Hacia una meditación metapoética III 

Por Claudio Simiz 


Me parece importante, a esta altura de las meditaciones, volver sobre el concepto de rehumanización, hito fundacional de este esfuerzo constructivo que llamamos "Educación Poética". Flotando, bogando, con suerte, en el río de Heráclito, no podré resistir el empuje inédito, torbellínico, en que nos han sumido los hechos mundiales desatados en los últimos meses. Tal vez, como en el centro del tornado, algún espacio de paz se geste para esbozar algún tipo de reflexión.

Algunos antecedentes de la idea

En las búsquedas poéticas, a partir de la década del ´20, registramos, de modo muy general, tres "rehumanizaciones", expresadas de manera indeleble en los poetas que hacen su aparición en la República Española y su agónico derrotero; es habitual entre los críticos hablar de:
La rehumanización política: Muchos artistas trasladan a sus obras las preocupaciones políticas del momento.
La rehumanización lírica: La poesía recupera el sentimiento, la emoción y la historia personal del poeta.
La rehumanización surrealista. El Surrealismo resignifica la poesía incorporando la vida subconsciente del ser humano.
Rafael Alberti y Pablo Neruda han sido los portavoces más reconocidos de esta poesía "comprometida con lo humano" (con un marcado sesgo político-social).

En la psicología y la antropología, es decisiva la irrupción de la Logoterapia, en 1946 (con antecedentes dos décadas antes), de la mano del psiquiatra Victor Frankl, sobreviviente de los campos de exterminio: el autoconocimiento, el diálogo socrático, son algunas de sus principales herramientas. Hay una sola cosa que una persona no puede elegir: precisamente, ser una persona (no puede dejar de serlo). Esta "condena", emparentada con la irrenunciable responsabilidad sartreana de ser libres, culmina, en 1980, en la célebre conferencia de Frankl "Hacia una rehumanización de la psicoterapia", especie de manifiesto logoterápico. Esta apuesta no ha sido "en solitario": el Existencialismo, el Personalismo, la Gestalt y otras líneas/escuelas dan cuenta de esta necesidad de repensar lo humano como definición y más aún, como proyecto.

Seguramente, más allá de la indagación filosófica, inseparable del cuestionamiento antropológico, es en la educación donde la humanización y sus complejidades se vuelven diario desafío. Hace un siglo veían la luz los "Treinta puntos de la Escuela Nueva", en que Adolphe Ferriére (padre de la "Escuela Activa") daba cuenta de los desafíos y desarrollo de numerosas nuevas propuestas (Probablemente la "Escuela Serena" de M. Montessori sea la más conocida), tendientes a superar, tras las huellas de Pestalozzi y otros pedagogos y filósofos, sobre una base científico-humanística, las limitaciones de la educación enciclopedista, docentecéntrica, reproductivista. Rudolph Steiner por esos años crea, desde el complejo marco teórico de la teosofía, las Escuelas Waldorf, de plena vigencia en la actualidad, centradas en el desarrollo pormenorizado de la creatividad. El despliegue del Método Suzuki y la experiencia de la Bauhaus responden a la misma tendencia que centra en la educación innovadora las esperanzas de una sociedad mejor.

Finalmente, la idea del "Hombre Nuevo" y su doble nervadura político-religiosa, sumada al redescubrimiento de las "miradas orientales" en occidente, acelerada y reinterpretada en las últimas décadas (me abstendré de abrir juicio sobre las distintas concreciones de estas ideas) son prueba de la necesidad de visualizar lo humano desde otras perspectivas (reverencia a Rousseau y Nietzsche).

Zona de cruces

Cuando, junto a Silvia Rivas, iniciamos el itinerario rumbo a la Educación Poética, decidimos trabajar sobre un diagnóstico doloroso: la evidencia de al menos tres núcleos limitadores o socavadores del desarrollo humano: la marginación cultural, las recetas instantáneas y universales (habitualmente maniqueas), y el aislamiento. Ya nos hemos explayado sobre los mismos y su desafiante contemporaneidad, aunque no debe dejar de destacarse su articulación con la dimensión gregaria y comunicativa del sujeto.
Ahora bien, en párrafos anteriores aludimos a distintas (o no tanto) maneras de encarar la tarea de rehumanización, habitualmente postergada por otras urgencias, o parcializada o ensordecida. Algunos puntos asoman prometedoramente en el frente de batalla:

- La decisiva práctica liberadora de poner en palabras la propia historia, el contarnos.
- La consideración del otro como sujeto: sus tiempos, historia, anhelos.
- La creatividad y la imaginación como facultades a desarrollar de manera sistémica.
- La posibilidad y necesidad de la construcción grupal solidaria.
- El ejercicio de la libertad y responsabilidad en cada uno de los agentes y pasos.
- La necesidad de un desarrollo orgánico emocional, intelectual, sensorial, motriz.
- La articulación de los distintos lenguajes en su dimensión comunicativa y artística.
- El decisivo crecimiento de los puntos de encuentro entre culturas/miradas, en creciente abandono de prejuicios y pasionales sujeciones.
- La imprescindible consideración del contexto socio-histórico- cultural en análisis y propuestas y su incidencia en la formulación de los mismos.
- La educación como escenario imprescindible del proceso rehumanizador.
- La gran complejidad de este tipo de desafío, y la esperanza de un enriquecedor desarrollo del individuo y la sociedad a partir la decisión de enfrentarlo.

Y ahora hay que reunir ideas, asociarlas en propuestas resolutivas, atendiendo a los tres núcleos problemáticos, que se canalizarán en proyectos realizables... eso será tema de otras muchas meditaciones, si el Coviv 19, 20, etc. nos deja...

 Hacia una meditación metapoética II

Por Claudio Simiz


Arrimando al bochín de la belleza y la mirada...


La Mirada Poética

Resultaría vano, acaso grotesco, el intento de evadir el tema, tan deslumbrante como esquivo, de la belleza; la poesía, el arte, la cultura, la vida misma del hombre serían impensables sin su presencia.
La belleza nos asalta desde la naturaleza, los paisajes, sus seres insospechables o conocidos... también la atracción por el otro, la pregnancia de su presencia, lo que llamaríamos "erótico", le pone color y temperatura a nuestros días... y más allá de la cultura que construye, modaliza nuestra mirada, diríamos que no hace falta una sistemática educación/reflexión para tomar vívido contacto con estas manifestaciones de lo bello. Algo distinta parece ser nuestra relación con la belleza artística, más allá de su diversidad de lenguajes, estilos, origen y propuestas. En principio, es una belleza generada de manera voluntaria por el hombre (más allá de su controvertida finalidad) y debemos educarnos para disfrutarla a pleno, y en esa interacción nos vamos, también, formando o, al menos, modificando.
Un modo de encarar esta cuestión, como ocurre con tantas otras, puede ser interrogarnos: ¿qué esperamos de esa forma especial de la belleza que es el arte? Algunas posturas parecen ser claras. La tristemente célebre exposición de "Arte Degenerado" de los nazis (y su correlativa de "Arte Heroico"), buscaban, desde la ideología, generar una simpatía/antipatía ante determinadas manifestaciones, en pos de una identificación absoluta con el régimen y sus "valores". Otro tanto puede decirse del arte comercial o mercantilizado, con su obvia impronta económica. También son conocidas, aunque a veces menos reconocibles, las propuestas del arte diversionista, sus matices que van del entretenimiento a la distracción anestésica.
Los pensadores de distintas épocas han tratado de circunscribir esta fluctuante y heterogénea relación del arte con el macrouniverso sociocultural. Llamativamente, a lo largo de la historia, ese esfuerzo interpretativo se ha ido conformando en ternos: Arte, Religión, Filosofía... Ciencia, Arte y Filosofía... Ciencia, Arte, Religión... incontables escritos pueden hallarse en torno de estos conspicuos tríos... Eso sí, rara vez, aún entre los románticos, el arte ocupa el espacio de la culminación en una perspectiva diacrónica, digamos, es visualizado como una etapa "antes de..." el mismo Hegel sentenció a principios del siglo XIX "La muerte del Arte". Quedaron lejos (o tal vez no tanto) los tiempos de Pitágoras y su inigualable deambular por estos ámbitos que, en Occidente, largamente, se han considerado "diversos".
Más modernamente, y centrándose en la "finalidad" de lo artístico, Heidegger, hallaba en el arte una modalidad del ser destinada a contrarrestar al hombre tecnológico, caracterizado por su impronta utilitaria, que convierte todo (incluidos los seres y los prójimos) en objeto, herramienta de sus propósitos. Su contemporáneo Adorno en su monumental Teoría Estética, postula al arte de vanguardia como él único válido en cuanto capaz de cuestionar la enajenación del masificado hombre del siglo pasado. En años más próximos, Danto, releyendo a Hegel, encuentra en el Expresionismo Abstracto una concreción de las ideas de aquél en torno de "La muerte del Arte". El destino de la Humanidad y el Arte parecen inseparables.

El Arte, sería casi ocioso fundamentarlo, es también descubrimiento, tanto del mundo "exterior" como del "interior"; la elevación espiritual, el arte como sanación, son una realidad inoxidable, desde las flautitas de hueso de Cro Magnon hasta la musicoterapia (reverencia a Wolfrang), pasando por los vitrales góticos; el Sociodrama, las propuestas de la Educación por el Arte son dos sólidos ejemplos del arte en tanto socialización y crecimiento.
Sin embargo, y retornando al párrafo inicial, hay una modalidad de la belleza que se nos escabulle, al menos a la hora de su valoración... el encuentro con el arte, con la pasión, con la naturaleza pueden sumirnos en estados intraducibles, extáticos... sin embargo, en lo que hace a la experiencia personal debo dar razón de un tipo de situación que ha merecido mucha menos atención: hace unos meses (por nombrar una experiencia reciente, pero me ha pasado muchas veces), en un hospital oncológico, vi a una mujer, con un chico en brazos, ayudar solícitamente a un anciano a subir unos escalones. La mujer estaba condenada: su delgadez, su color eran irrebatibles. Eso fue todo, tres escalones, una mañana soleada, los tres como una estatua viviente, estridentemente silenciosa, en un instante de eternidad. Acaso análoga conjunción de conmoción y empatía produzcan ciertos momentos del deporte como espectáculo (aunque mediatizados, de algún modo por la convencionalidad de lo deportivo). La vida "real" se impone desde otra dimensión: lo personal, lo social y lo cósmico convergen en un núcleo al cual el yoga, el budismo y ciertas prácticas místicas, en mi opinión, han logrado aproximarse, y que nosotros, desde este naciente espacio de reflexión, llamamos "Mirada Poética". O sea, captación intensa de la "simpatía universal", raíz tal vez, de esta cosa inasible e innegable que designamos "belleza" y explicación de la existencia de ésta. Seguramente, buena parte de nuestra energía como "educadores poéticos" la insumirá el desarrollo de esa "mirada", que, sin perder espontaneidad, deberá ampliarse, profundizarse y volverse inseparable de nuestra experiencia... y eso es un enorme desafío.

Apuntes para una meditación metapoética I

Por Claudio Simiz  

Iniciamos una serie de notas tendientes a reunir elementos para el desarrollo conceptual de la "Educación Poética"

Uno escucha...

"No se puede escribir poesía después de Auschwitz"
"Los poetas nos leemos entre nosotros"
"Se escribe mucha poesía y se lee poco..."
"Las distintas generaciones no se leen entre sí"
Etc. etc.

No puedo evitar recordar a don Adolfo, machacando con eso de que "siempre habrá poesía" mientras haya un misterio, un arcano... siempre habrá necesidad de eso que llamamos acaso confusa pero asertivamente "poesía".

¿La dejaremos en el territorio de lo inefable?
¿La dejaremos en el territorio de lo imprevisible?
¿La dejaremos en el territorio de los "elegidos"?

Pienso que merece, al menos, intentarse el rescate de tan particular dama de estos brumosos terrenos. Como todo lo sujeto a nuestro juicio, las aseveraciones iniciales, tienen parte de verdad y parte de falso o cuestionable. ¿Quién, vinculado al hacer poético no se ha ubicado decididamente "de uno u otro lado" de las mismas según le haya tocado transitar por diversas circunstancias? Equilibrio y reflexión, ante todo, si queremos avanzar. Poesía y experiencia vital, sobre todo en el plano emocional, parecen inseparables. Otro tanto se presenta al formularse los interrogantes precedentes: ¿inefable, imprevisible, "elitista"?
Parecen arrolladoras, sobre todo a partir del Romanticismo, las postulaciones en torno de que la poesía "tiene la misión" de exceder el plano de la Razón (resquemor platónico hacia los poetas de por medio), para qué hablar del psicoanálisis/dadaísmo... no podemos dejar de lado, sin embargo, la raigal voluntad de expresar, de establecer el convivio con el oyente/lector virtual/real. Lo inefable debe ser "nefado" de alguna manera para que haya comunicación... "expresar lo inexpresable" nos deja ante un escenario tan paradójico como prometedor.

La poesía, sin dudas, acaece, se enciende más allá de nuestra preparación/voluntad (en el fondo, lo más "temible" del "demonio" platónico). Pero, precisamente, el aprehender lo "inaprehensible", tan medular tanto a la producción como a la interpretación poéticas, nos ubica ante una de las encrucijadas de lo humano (tan bien asumida por el Yoga, por ejemplo): el dimensionamiento gozoso del momento, menos urgente y, por lo tanto, menos angustiante, que el "Carpe Diem" ("Atrapa el día").

Finalmente, más allá de las objeciones (más ideológicas que científicas, en mi opinión), parece tomar cuerpo la idea de "facilidades naturales" para las distintas esferas de la actividad humana; sin embargo, su consideración pasa por el desarrollo de aquéllas en relación con su contexto, y más aún por la exploración decidida de las propias posibilidades, con lo cual la idea de los "elegidos" se relativiza. En todo caso, los que "elegimos", a partir de cierto punto, somos nosotros.
Arribamos al territorio de nuestra "Educación Poética... ¿Es necesaria una E.P.? ¿Puede aportar cosas decisivas una E.P.?

Entendemos que sí, y por más de una razón (asumiendo a la E.P. como un paradigma en construcción).
En principio, la E.P. enriquece la capacidad de expresarse, es decir, no sólo comunicar el universo interno, sino cuestionar el "autodiscurso", apartándose tanto del solipsismo como de la expresividad invasiva.
También, según señalamos, aporta a la revalorización del presente, del momento, es decir la posibilidad de disfrutar sin apropiarse, vivir intensamente sin finalidades teleológicas.
La E.P. implica, por otra parte, la exploración interior y del mundo, la verificación de nuestra conexión con otros seres y nuestra constitución emotivo-intelectual-sensorio/motriz.
Nada de esto es imposible, pero requiere planificación, desarrollo, vigilancia, reformulación (trabajo, digamos) y no precisamente en solitario... Menuda empresa esto de la Educación Poética...

Fin de la primera meditación.

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